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¿Quién me ha robado el mes de abril?

Mujeres en pandemia

Acaba de cumplir un año este blog, que dedicó su primer artículo a nuestros mayores.

Entre sustos familiares y otros proyectos más ilusionantes que ya comentaremos, hemos dedicado marzo, mes de la mujer, al balance del último año, que las mujeres hemos sufrido muy especialmente.

Las mujeres ocupamos mayoritariamente los trabajos más precarios, menos valorados, y hemos tenido incluso que dejar nuestra vida profesional para ejercer de cuidadoras desde hace ya más de un año. Somos las personas ESENCIALES, cargando con todos los trabajos de cuidados familiares: por una parte los hijos que se quedaron sin clases y nos llevaron a ejercer como docentes gran parte de nuestra jornada, aparte de la labor educativa como madres y también de soporte psicológico en una circunstancia de pandemia (que nos ha cambiado la vida radicalmente); y por otra parte, atender a las personas ancianas, la inmensa mayoría sin ningún tipo de ayuda a domicilio, enterradas en vida por la soledad del aislamiento y el miedo a la enfermedad que ha segado las vidas de otros abuelos por miles, y que quedaron a expensas de las hijas para todo, desde la intendencia, alimentación, limpieza doméstica e higiene personal, hasta la vigilancia de la salud, con los centros de atención primaria cerrados (así continúan en Madrid) y los hospitales saturados de Covid19, que siguen sin permitir acompañantes ni visitas a día de hoy, que empezamos la cuarta ola en España.

Mujeres en pandemia

Las mujeres estamos presentes en todos los sectores de actividad relacionados con los que consideramos trabajos esenciales: sanidad, agricultura, ganadería y pesca, alimentación, comercio, transporte, logística y distribución, limpieza, vigilancia, cuidados, educación, centros de mayores, dependientes y discapacitados, empleadas de hogar, cuerpos de seguridad, protección civil, emergencias, bomberos, servicios relacionados con los suministros energéticos esenciales, tecnologías de la información y las telecomunicaciones, mantenimientos diversos, etc.

Soportamos, además, una doble jornada, porque también dedicamos a tareas domésticas 14 horas más que los hombres. 

Mujeres en pandemia
Mujeres en pandemia

Todas estas circunstancias provocan trastornos de sueño, estrés y desbordamiento por dificultades en la vida diaria.

En sanidad, casi la mitad del personal ha sufrido durante el último año problemas relacionados con la salud mental, pero España invierte la mitad que nuestros vecinos europeos en salud mental y solo tenemos unos 6-8 psicólogos por 100.000 habitantes en el sistema público, mientras la media europea es de 18.

La mitad de la población hemos sufrido tristeza y depresión, agobio, estrés y miedo durante el último año en España. Y todo esto afecta mucho más a la población más humilde, obviamente, que somos más frágiles: personas trabajadoras y de clase media-baja sufren más incertidumbre y problemas mentales que quienes se identifican con la clase alta, según la última encuesta del CIS (febrero 2021).

Además, tres cuartas partes de la humanidad no disponen de la opción de elegir alimentación adecuada, ir al gimnasio, vivir en un ambiente saludable, tener un trabajo gratificante… La salud no la elige quien quiere, sino quien puede. La desigualdad social, el desempleo, la precariedad y la incertidumbre vital son factores determinantes. 

La pandemia nos ha agobiado hasta límites increíbles: nos hemos sentido enterradas en vida, hasta el cuello, como el perro semi-hundido de Goya. Hemos pasado por el miedo y la rabia, transitando según días y momentos por la ansiedad, la angustia y la depresión.

(Mª José Mayordomo)

 

 

 

Hora de mi corazón:

la hora de una esperanza

y una desesperación

 

(Antonio Machado)

Mujeres en pandemia

Desigualdad salarial y de oportunidades

La Organización Internacional del Trabajo OIT fija en un 20% de media la brecha salarial entre hombres y mujeres a nivel mundial. Las últimas cifras de desigualdad salarial confirman la gravedad de la situación en toda Europa, donde las mujeres ganamos un 15% menos de media (trabajamos 51 días más al año para ganar lo mismo que un hombre), una gran injusticia. También ocupamos mayoritariamente los empleos peor pagados (cuidados y educación) y sólo un 20% de los puestos relacionados con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. La brecha salarial es aún mayor en los puestos de dirección, donde ganamos un 23% menos que los hombres, y no llegamos a la alta dirección (sólo un 10% de los directores generales de empresas europeas son mujeres). Y la situación empeora al final de la vida laboral, porque en la jubilación la brecha de las pensiones llega al 30% menos que los hombres.

Para atender los cuidados de los hijos, un 30% de las mujeres trabaja a tiempo parcial, lo que dificulta del ascenso en las carreras profesionales. Conciliar supone tener que renunciar a parte de la jornada y salario e incluso dejar el trabajo (al 37% de las mujeres se les ha negado la posibilidad de teletrabajar). Durante el confinamiento, las mujeres que pudieron teletrabajar sufieron un gran estrés, porque los hijos suponían interrupciones y distracciones constantes, que provocó una pérdida de productividad respecto a los hombres, que disfrutaron de espacios con mayor privacidad y con menor responsabilidad familiar y doméstica, sin interrupciones, circunstancia que afectó a todo tipo de mujeres, incluso de perfiles directivos, de alta cualificación e investigadoras.

Mujeres en pandemia

La UNESCO insta a intervenir desde las políticas públicas para aumentar las oportunidades que tienen las generaciones actuales de mujeres, y así evitar las desventajas que sufrieron sus padres como, por ejemplo, las cuotas en la educación superior para estudiantes pertenecientes a grupos vulnerables y la ampliación de las becas.

La Agenda 2030 de Naciones Unidas dedica varios Objetivos de Desarrollo Sostenible a compensar estas circunstancias: educación de calidad, igualdad de género, trabajo decente, reducción de las desigualdades.

Mujeres en pandemia

Las mujeres debemos enarbolar la bandera de los Derechos Humanos, porque no podemos doblegarnos a la dictadura del capitalismo salvaje, por nosotras y por nuestros hijos.  Este mismo mes de marzo han denunciado los becarios de Goldman Sachs que trabajan 95 horas semanales y la ansiedad no les dejaba dormir por las noches.

Desde este humilde espacio hacemos un llamamiento a la unidad de todas las mujeres, para defender y defendernos. Somos la mitad de la población mundial, tenemos que defender nuestros derechos, que son Derechos Humanos, con uñas y dientes si es preciso. No podemos seguir sometidas a los viejos patrones, y también tenemos que defendernos entre nosotras, a ultranza, sin fisuras, hasta que no quede ni un solo gesto de desigualdad en el mundo. 

Es clave la participación de las mujeres en todos los espacios de la vida pública y en el tejido social de nuestras ciudades y barrios.  Tenemos que estar presentes en la política e instituciones, la academia, empresas, asociaciones profesionales, vecinales y en todas las instancias, participando activamente en todos los centros de decisión.

La igualdad de género ha retrocedido varias décadas en todo el mundo, como consecuencia de la pandemia. No podemos resignarnos a perder todo lo que costó tantos años de luchas sociales y laborales, tenemos que reivindicar activamente nuestros derechos, apoyando también a las organizaciones políticas y sociales que defienden claramente los derechos de las mujeres; porque además de la pandemia, hay una gran amenaza en algunas fuerzas políticas de ultraderecha, que están avanzando posiciones y amenazan con un pensamiento que supone un retroceso a los tiempos de nuestras abuelas, que odia el feminismo y nos pretende arrinconar con planteamientos ideológicos muy peligrosos, que ni condenan la violencia de género, aunque en este último año de pandemia aumentó espectacularmente la violencia machista (durante el confinamiento y la desescalada se registraron incrementos históricos de las llamadas al 016, el servicio de información en materia de violencia de género).

Es tiempo de pensar y alzar la voz, es tiempo de unidad entre todas las mujeres, es tiempo de votar a quien nos defiende, es tiempo de compromiso social, es tiempo de igualdad y Derechos Humanos.

¡No podemos permitir que nos amordacen!

¡Defiende a las mujeres!

Mujeres en pandemia

FINAL MUSICAL

Terminamos, como siempre, con música, la mejor medicina para el alma

Vivir,  Rozalen, con Estopa (2017):  https://youtu.be/iqHb7Wan98E

La puerta violeta, Rozalén (2017):  https://youtu.be/gYyKuLV8A_c

Aves enjauladas, Rozalén (2020):  https://youtu.be/ktPms0WN43E

PARA LA REFLEXIÓN:

Desigualdad de género en el mundo: 

https://focus2030.org/Datos-disponibles-sobre-las-desigualdades-de-genero-en-el-mundo

PARA EL RECUERDO:

COVID19: Reportaje especial de RTVE, con texto y vídeos (28/03/2021)

https://www.rtve.es/noticias/20210329/se-sabe-del-nuevo-coronavirus-china/1996067.shtml

Equal rights
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